PRELUDIO: Hoy, Lent in Plain Sight: A Devotion through ten objects, nos invita a estudiar Lucas 24,1-12. El objeto para esta semana es una piedra. El título de la meditación es «Piedras movibles». Si tiene el libro, lea la meditación.
Mire Piper, un cortometraje animado de 2016 producido por Pixar Animation Studios.
LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN (Resources for Easter Sunday. Traducción)
Jesús dijo: «Yo soy la resurrección y la vida. Quienes creen en mí, aunque mueran, vivirán, y toda persona que vive y cree en mí nunca morirá». ¡Cristo ha resucitado! Hemos visto la gloria de Dios.
HIMNO: Escuche «El Señor resucitó» EHP 156
CONFESIÓN (Resources for Easter Sunday. Traducción)
Dios Todopoderoso,
al levantar a Jesús de la tumba,
destrozaste el poder del pecado y la muerte.
Confesamos que seguimos siendo presa de la duda y el miedo,
y atados/as por los caminos que conducen a la muerte.
Pasamos por alto a la gente pobre y hambrienta, y no hacemos caso a quienes llorar; no escuchamos los gritos de la gente oprimida, y somos indiferentes ante los llamados a la paz;
despreciamos a quienes son débiles,
y abusamos de la tierra que creaste.
Perdónanos, Dios de misericordia.
Ayúdanos a confiar en tu poder
para cambiar nuestras vidas y hacernos nuevos/as, para que podamos conocer el gozo de la vida abundante dada en Jesucristo, el Señor resucitado. Amén.
PERDÓN Y PAZ (BCW. Traducción)
Escuchen las buenas nuevas de la promesa de Dios: Yo derramaré mi Espíritu en toda carne. Toda persona que llame el nombre del Señor serán salvadas. En Jesucristo, hemos recibido el perdón por nuestros pecados.
(Tomen tiempo para pensar en una cosa que ha sucedido durante esta semana que les haya dado un sentimiento de paz. Puede ser el sonido de un pájaro cantando, de ver cómo salen las flores, o hablar con alguien con quien no habías hablado durante mucho tiempo.)
ORACIÓN DE ILUMINACIÓN (Resources for Easter Sunday. Traducción)
Dios viviente, celebramos con gozo la presencia de tu Palabra resucitada. Aviva nuestros corazones por medio de tu Espíritu Santo, para que podamos proclamar las buenas nuevas de tu vida eterna y abundante; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
ESCRITURA: Lucas 24,1-12 (RVA 2015)
Y el primer día de la semana, muy de mañana, fueron al sepulcro llevando las especias aromáticas que habían preparado. 2 Y hallaron removida la piedra del sepulcro; 3 pero al entrar no hallaron el cuerpo de Jesús. 4 Aconteció que, estando perplejas por esto, he aquí se pusieron de pie junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes. 5 Como ellas les tuvieron temor y bajaron la cara a tierra, ellos les dijeron: —¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? 6 No está aquí; más bien, ha resucitado. Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en Galilea, 7 como dijo: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día”. 8 Entonces ellas se acordaron de sus palabras 9 y, volviendo del sepulcro, anunciaron todas estas cosas a los once y a todos los demás. 10 Las que dijeron estas cosas a los apóstoles eran María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las demás mujeres que estaban con ellas. 11 Pero sus palabras les parecían a ellos locura, y no las creyeron. 12 Sin embargo, Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Cuando miró adentro, vio los lienzos solos y se fue a casa asombrado de lo que había sucedido.
REFLEXIÓN: Aún las piedras cambian (Marissa Galván Valle)
Recuerdo estar en un examen de ordenación, en donde se le pidió a un candidato al ministerio que describiera su fe. Él dijo que su fe era como una piedra porque nunca cambia y nunca se mueve. Pero… también recuerdo que pensé que esto no era una buena descripción.
Si este candidato hubiese sabido algo de geología, quizás hubiese escogido esta imagen, pero la hubiese aplicado de manera diferente… porque las piedras si cambian y se mueven. El agua las cambia. El viento las cambia. Quizás no es algo tan notable como el cambio de las temporadas o el cambio del tiempo, pero las piedras cambian. Son transformadas con el tiempo. Se ponen más lisas. Se rompen cuando hay un terremoto. Cuando la gente las usa como escaleras, la presión de su peso las cambia.
Jill Duffield comienza la última meditación de su libro con una simple afirmación de fe: «Creo que la transformación es posible». Esta afirmación de fe viene de creer que Dios ha podido vencer a la muerte, que es la afirmación de fe que recordamos en el día de hoy.
María Magdalena, Juana, María madre de Jacobo, y las demás mujeres van al sepulcro llevando las especias que han preparado para trabajar con lo que esperaban encontrar allí: un cuerpo sin vida. Ellas esperan encontrar una piedra que es un obstáculo para que ellas puedan realizar esta obra solemne de amor. Sin embargo, lo que encuentran es una piedra removida, un cuerpo perdido, y dos varones con vestiduras resplandecientes. Estos dos hombres les recuerdan las palabras de Jesús: «Acuérdense de lo que les habló cuando estaba aún en Galilea, como dijo: “Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado y resucite al tercer día». Y al escuchar estas palabras, ellas recordaron… y creyeron en la transformación. Ellas creyeron que Jesús había resucitado. Y ellas fueron a donde estaban los once para decirles lo que había sucedido.
Me encanta que las mujeres que acompañaron a Jesús en su jornada son las que creyeron inmediatamente que la transformación es posible. A los discípulos creer les da más trabajo. Pedro tiene que ver las cosas con sus propios ojos. Pero… no quiero pasarles juicio. El creer en la transformación es difícil. Como dice Duffield… esta no siempre sucede. No es fácil. Ha veces comienza, se detiene, comienza de nuevo y para otra vez. Ha veces estamos tan descorazonadas que no la podemos ver. En ocasiones el miedo se puede apoderar tanto de nuestro ser que no podemos creer y la piedra no se quiere mover. En ocasiones el odio se convierte en piedra. En ocasiones la amargura se convierte en piedra. En ocasiones la ansiedad se convierte en piedra. En ocasiones la incredulidad se convierte en piedra.
Uno de los más grandes peligros en mi vocación como pastora es precisamente el caer en un lugar en donde ya no se cree que la transformación es posible. Imagínese el treparse en un púlpito y pensar que las palabras que se están diciendo no puede lograr un cambio. Imagine hacer cuidado pastoral sin creer que su presencia puede hacer impacto. Imagine hacer ministerio sin tener la transformación, la transformación de Dios, come meta principal. Pienso que si eso me sucede alguna vez… debo buscar un nuevo trabajo y pronto.
Sin embargo… si creo que la transformación es posible. No creo en que yo tenga que ver algo con ella y si creo que Dios es quien la logra. Dios, quien resucitó a Jesús de la muerte es el responsable de la transformación. Como dice Duffield, todas las personas enfrentan piedras que parece inmovibles. Enfrentamos la perdida o la enfermedad, la desilusión o la depresión, la opresión o la explotación, la aflicción o la separación… pero… si recordamos la resurrección de Jesús y todo lo que enseñó y vivió, los ángeles nos susurran al oído «Jesús resucitó. La transformación es una realidad. La muerte no tiene la última palabra».
Piper, el cortometraje que miramos al principio del culto me recuerda esa transformación. He aquí un andarríos, un pajarito cuya primera experiencia con el mar es traumática. Sin embargo, para poder sobrevivir, él necesita aprender las destrezas que necesita para convertirse en un adulto. Él necesita enfrentarse a lo que parece ser una piedra inmovible de miedo. Entonces conoce a una familia de cangrejos ermitaños. El hijo de la familia se convierte en su ángel. Él le susurra al oído… «hay otra manera de trabajar con el mar. Te puedes transformar. Puedes hacer algo nuevo». Y el pequeño andarríos usa su nueva transformación para alimentar a las otras aves en su familia. Él ha recibido vida… así que da vida.
Las piedras pueden cambiar y cambian. Yo creo que la transformación es posible. Pido a Dios que nos ayude a enfrentar todas las piedras que encontremos en nuestras vidas… las piedras que estamos enfrentando ahora mismo… y que podamos encontrar transformaciones y nueva vida… para que así podamos dar vida. Pido a Dios que nos ayude a transformar nuestros aleluyas en poderosas afirmaciones de fe: La transformación sucede. La transformación es posible. ¡Aleluya! ¡La transformación es posible!
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR (Duffield, Jill. Lent in Plain Sight (Kindle Locations 1086-1090). Presbyterian Publishing Corporation. Kindle Edition)
¿Cuándo te enfrentaste a lo que parecían obstáculos insuperables? ¿Que pasó?
¿Cuándo has experimentado transformación? ¿Qué cambió y cómo?
¿Cómo mantienes la esperanza en circunstancias que te dejan desamparado o desamparada y con temor?
HIMNO: Escuche «Cosas hermosas» (Beautiful Things de Gungor en español)
ORACIÓN DE INTERCESIÓN (Resources for Easter Sunday. Traducción)
Dios de vida sin fin y de nuevos comienzos, te damos gracias por tu bondad y por tu amor constante. Escucha ahora nuestras oraciones: Por la iglesia en todo el mundo, para que sea fiel testigo de la resurrección, para que todo el mundo pueda llegar a creer y tener una nueva vida en Cristo. Por los pueblos y el liderazgo de cada nación, para que tu gracia ilimitada, que no muestra parcialidad, pueda traer el reino de paz y justicia de Cristo para todo el mundo. Por quienes son despreciados, rechazados y oprimidos, para que puedan conocer el poder liberador del evangelio y regocijarse y alegrarse en el día del Señor. Por la gente que llora como María en el sepulcro, para que sus lágrimas de tristeza se conviertan en gritos de alegría en presencia del Cristo resucitado. Por la promesa de una nueva creación, en donde todas las criaturas pueden vivir juntas con seguridad y nadie pueda herir ni destruir en tu santo monte. Dios, nuestra fuerza y salvación, te pedimos todas estas cosas en la esperanza de la resurrección, y con la confianza de que ya nos has respondido; por Cristo, que vive y reina contigo y con el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y siempre. Amén.
BENDICIÓN (BCW. Traducción)
Que el amor constante de Dios sea tuyo, hoy y para siempre. ¡Aleluya! ¡Cristo ha resucitado! No tengas miedo. Ve y comparte esta buena noticia con todo el mundo. Amén.
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