PRELUDIO: Hoy, Lent in Plain Sight: A Devotion through ten objects, nos invita a estudiar el Salmo 23. El objeto para esta semana es el aceite. El título de la meditación es “Ungido con aceite”. Si tiene el libro, lea la meditación.
Si puede, mire el siguiente vídeo basado en el pasaje: Salmo 23 de Dan Stevers.
LLAMAMIENTO A LA ADORACIÓN (Salmo 23)
El Señor es mi pastor. Nada me falta. Dios me guía por sendas correctas por amor a su nombre. Dios baña mi cabeza con aceite; mi copa se ha derramado. Sí… la bondad y el amor fiel de Dios me seguirán todos los días de mi vida.
HIMNO
Escucha «Eres mi todo»
CONFESIÓN
Antes vivíamos en la oscuridad, pero ahora conocemos la verdadera luz. Sin embargo, en algunos momentos no vivimos como corresponde a quienes conocen a Dios. No actuamos con bondad, con justicia, o con verdad. No tratamos de hacer lo que agrada a Dios y nos hacemos cómplices de quienes no le conocen.
¡Despiértanos! Perdona nuestros pecados, levántanos de la muerte y haz que Cristo alumbre nuestras vidas con su luz. En su nombre oramos. Amén.
PERDÓN Y PAZ (Juan 9: 5, 39b)
Jesús ha dicho: «Mientras esté yo en el mundo, luz soy del mundo... Yo he venido a este mundo para juzgarlo, para que los ciegos vean, y los que ven se queden ciegos.» Al confesar nuestros pecados a Dios en el nombre de Cristo, él intercede a nuestro favor y nos despierta de la muerte a la esperanza de una nueva vida. Escuchen las buenas noticias. En Jesucristo recibimos el perdón por nuestros pecados.
(Tomen tiempo para pensar en una cosa que ha sucedido durante esta semana que les haya dado un sentimiento de paz. Puede ser el sonido de un pájaro cantando, de ver cómo salen las flores, o hablar con alguien con quien no habías hablado durante mucho tiempo.)
ESCRITURA: Salmo 23 (RVA 2015)
1 El SEÑOR es mi pastor;
nada me faltará.
2 En prados de tiernos pastos
me hace descansar.
Junto a aguas tranquilas me conduce.
3 Confortará mi alma
y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
4 Aunque ande en valle de sombra
de muerte
no temeré mal alguno,
porque tú estarás conmigo.
Tu vara y tu cayado
me infundirán aliento.
5 Preparas mesa delante de mí
en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite;
mi copa está rebosando.
6 Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
y en la casa del SEÑOR
moraré por días sin fin.
REFLEXIÓN: Aceite alcanforado (Pastora Marissa)
Al pensar sobre el aceite y sobre el Salmo 23, pensé en dos cosas. La segunda en la que pensé fue en una canción infantil que se usaba en Puerto Rico llamada «El hijo de mi tía». Si quieren escuchar la canción, fue inmortalizada por Bobby Capó y la pueden escuchar en el enlace que está en el título de la canción. Estas son las palabras:
///El hijo de mi tía tiene una fuerte tos.///
Se le cura con aceite alcanforao.
Cuando los niños y niñas cantaban esta canción, le quitaban una de las palabras cada vez que cantaban. El aceite alcanforado, como muchos otros aceites, eran usados para sanar. En este caso, era para hacer más llevadores los síntomas del catarro. Éste tiene un olor muy distintivo… y era parte del botiquín de primeros auxilios de todo hogar puertorriqueño, junto con el Vicks Vapor Rub y el Agua Maravilla de Humphreys.
La primera cosa en la que pensé fue en un viaje a Costa Rica. Viajé allá como parte de una delegación para ayudar a la Iglesia Presbiteriana de Costa Rica, una de las denominaciones presbiterianas más jóvenes, a entrenar líderes sobre que significaba ser presbiteriano. Visitamos congregaciones locales y en una de ellas nos pidieron que ungiéramos a las personas enfermas. Al hacerlo, se me pidió que orara. Mientras lo hacía, recordé que en la Biblia, el aceite no solamente era usado para sanar a la gente enferma, sino que también era símbolo del llamado y el compromiso de Dios de cuidar a quien Dios había llamado.
La meditación de Jill Duffield comparte una experiencia de unción. Su abuelo le mandó un libro con fotografías sobre el Salmo 23 el verano antes de ella comenzar a estudiar en el seminario. El ir al seminario es algo muy importante en la vida de muchas personas. Para mí, fue la decisión de dedicar mi vida al propósito de Dios y a su iglesia. Para Jill, fue un sendero inesperado, pero uno que ella sintió que su abuelo, usando este libro, la había ungido para caminar. Ella recordó esa unción cada vez que se sentía insegura sobre la vocación que había decidido para su vida. Este y otras unciones le recuerdan una y otra vez: «no dudes que Dios te ha llamado».
Sin embargo, al leer su meditación, pude ver que estaba hablando de ese doble propósito que tiene el aceite. Simboliza el llamado de Dios… pero también simboliza el cuidado de Dios. Como ella dice, «El inconfundible cuidado y la atención de Dios, la confirmación de que Dios escucha y se da cuenta de lo que nos pasa, nos ve caminando por valles oscuros». El aceite nos da certeza, pero también nos da consuelo. El aceite nos da valentía, pero también nos da amor. El aceite nos recuerda que tenemos un propósito específico, pero que también, a pesar de estar caminando por valles de sombra de muerte, no temeremos mal alguno pues Dios está con nosotres.
Rachel Held Evans, en un artículo llamado «Unges mi cabeza con aceite» habla de la capacidad del aceite de crear recuerdos. Ella dijo que para los esclavos que han sido liberados, Dios olía a canela, casia, aceite de oliva y mirra dulce, con olor a dulce, a tierra, a nuez y a calor. Cuando Moisés se encontró con Dios en el Monte Sinaí, Dios lo envió de regreso con una receta de aceite. Este aceite ungiría el templo, el altar, los muebles, e incluso los sacerdotes. Dios dijo que nadie más debía usar ese mismo perfume.
Creo que, para la gente de Puerto Rico, Dios huele a aceite alcanforado… aceite que comunica sentimientos de amor, de cuidado, de estar en conexión con las personas que nos llaman por nuestro nombre y que nos dan nuestra identidad. Quizás ustedes piensen en un tipo de aceite diferente. Sin embargo, lo importante es que, en este tiempo en donde toser es tan amenazante y en que tenemos miedo a la enfermedad porque puede significar la muerte, debemos recordar, sea por medio de ungüento mentolado o cualquier otra cosa que nos de testimonio… que somos hijos e hijas de Dios, que todavía estamos recibiendo su llamado, y que todavía nos está cuidando. Mi oración es que, como el aceite aromático que le recordó a David y a su pueblo el llamado y el cuidado de Dios, tengamos momentos en nuestras vidas que nos recuerden lo mismo.
PREGUNTAS PARA REFLEXIONAR (Duffield, Jill. Lent in Plain Sight (Kindle Locations 1086-1090). Presbyterian Publishing Corporation. Kindle Edition)
¿Alguna vez has sido ungido o ungida con aceite? ¿Cuándo y por qué? ¿Has visto alguna vez a alguien siendo ungido con aceite? ¿Cuál fue el contexto y la ocasión?
¿Cuándo alguien ha confirmado tu sentido de llamado a un trabajo o servicio en particular?
¿Puedes recordar un momento en que Dios te ministró cuando estabas andando por un «valle de sombra de muerte»?
HIMNO: Escucha: Mi copa reboza
ORACIÓN DE INTERCESIÓN (Oración del pueblo” Slats Toole. Traducción por Amaury Tañon Santos)
Eterno Dios,
venimos ante ti con palabras
venimos ante ti con cánticos
venimos ante ti con suspiros
venimos ante ti con lo que somos,
nuestro ser entero,
doliente, ansioso, confundido
agradecido, aburrido
y muchas veces con muchas cosas a la vez.
Nuestros pensamientos y sentimientos revolcados te llaman,
gritando en diferentes tonos y colores,
añorando tu presencia.
Tu eres la roca que nos da firmeza.
Tu eres el refugio que nos da seguridad.
Tu eres el agua que nos da vida.
Tu res el Espíritu que nos rodea, aún ahora.
Aún cuando no nos podemos ver cara a cara,
tu nos enlazas
con cuerdas que no se pueden romper.
Tu nos aseguras que ni la muerte ni la vida,
ni ángeles, ni principados, ni lo presente y lo por venir
ni pandemia ni enfermedad alguna nos podrá separar de Tu amor por nosotros en Cristo Jesús.
Estamos unidos en gratitud
por cada persona que trabaja en el frente de esta crisis,
expertos en servicios de salud, trabajadores de de limpieza, los que atienden los mercados.
Nos unimos en el cuidado de los negocios que amamos pero han tenido que cerrar sus puertas,
por las millones de personas que han perdido empleo e ingresos,
por cada persona que a penas logran sobrevivir,
que están sucumbiendo a su propio estado de emergencia,
por aquellos que ya no podían lograr atar cabos,
que no encuentran ninguna salida.
Estamos unidos en nuestra esperanza
por el camino adelante a través de este desierto,
por oportunidades de ser examinados y por equipos para cada persona que los necesite,
por que las personas que buscan una cura,
para que cada uno de nosotros encontremos las maneras de vivir de manera segura
en este tiempo como ninguno que hayamos experimentado antes.
Estamos unidos en nuestra preocupación
por toda persona enferma,
con el COVID-19 o con cualquier otra enfermedad,
por toda persona que no tiene acceso a cuidados
por toda persona que no tiene suficientes síntomas para ser examinada,
por toda persona que está tratando de manejar sus enfermedades físicas o mentales.
En particular oramos por [se pueden compartir peticiones particulares]
Oramos como una comunidad unida
y también oramos por cada persona en nuestros hogares,
con nuestras necesidades particulares,
nuestros temores,
nuestros gozos.
Elevamos estas oraciones ante ti.
[Silencio]
Escúchanos como escuchaste a Jesús,
en nuestro llanto y nuestras palabras
en nuestras canciones y nuestros suspiros
en cada manera en la que sabemos llamarte.
Aún mientras estemos alejados,
unimos todas nuestras oraciones en el nombre de tu Hijo, quien nos enseñó a decir,
Padre Nuestro...
DESPEDIDA
Unísono: La gracia de Dios sea con ustedes,
ahora y siempre. Amén.
Bendito sea el Señor. Que su nombre sea alabado por siempre.
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